
Predica la palabra
Verdades Bíblicas Que Transforman
Predica
la palabra. Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a
los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques
la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta
con toda paciencia y enseñanza. 2-tim
4:1,2.
Como
predicadores a veces cuando nos paramos en el pulpito nos enfocamos en hablar
nuestras experiencias y nuestros criterios de como vemos las cosas, hasta el
punto de que nos olvidamos de cuál es el objetivo de pararnos en el pulpito de
una iglesia, como predicador joven esta frase ha marcado mi vida, he cometido
en muchas ocasiones el error de hacer
alarde de mis experiencias en la vida cristiana, cuando no fui llamado hablar
de mi en el pulpito.
Queridos predicadores, pastores, maestros que quizás estén
leyendo esto, nuestro llamado no fue para que hablamos de nosotros, sino de
CRISTO, (CRISTO) debe ser el centro de
los mensajes que predicamos, él es el
VERBO hecho carne.
Cuando
Cristo sea el centro de los sermones expuesto en nuestras congregaciones,
tendremos una iglesia fundamentada en la palabra de Dios. En 2 Juan 1:9 nos dice Cualquiera que se extravía, y no persevera en la
doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo,
ése sí tiene al Padre y al Hijo. (Sin alterar el contexto de este
verso) aquí vemos como Juan pone a Cristo en el más alto estándar de la
predicación cristiana, como predicadores debemos predicar CRISTO-CÉNTRICAMENTE ya que encontramos a Cristo en todas ´partes
de la biblia desde Génesis 1.1 hasta el último capítulo de Apocalipsis.
Nuestra meta como predicadores es llevar a
los pecadores al arrepentimiento, hacerlos bajar al fondo de sus corazones para
que puedan pensar en cuán lejos están de cumplir la ley moral de
Dios.
El Evangelio de Cristo nos humilla, nos
destroza el alma y nos lleva a la cruz de Cristo arrepentidos por nuestros
pecados. Cuando el Evangelio es bien predicado nos debe producir una
necesidad imperiosa por un Salvador que redima nuestras almas del
infierno eterno. (Lucas 14:15-24).
Cuando el mensaje
está centrado en Cristo nos lleva, a nosotros, los pecadores a
la convicción de pecado y nos hace ver el abismo que sucumbe entre nuestras
conductas y un Dios absolutamente Santo.
Conclusión.
Es mi
oración que el espíritu santo nos guie a toda verdad, como embajadores de Cristo
debemos reconocer que es nuestra
obligación llevar a nuestros hermanos y hermanas al pleno conocimiento de la
verdad.
Muy bn samuel sigue ahí Dios te siga bendiciendo
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